Mas de una vez hemos escuchado hablar de la magia de los caminos, esos pasos que te llevan a conocer lugares quizás olvidados para muchos.
Los parajes y pueblos que parecían abandonados hoy están mas vivos que nunca. Reciben todo tipo de visitas, desde curiosos y viajeros a gente que va en ruta y que por medio de las redes sociales han visto alguna publicación del lugar y deciden ingresar a conocer, abastecerse de provisiones o degustar alguna comida típica de la zona.
Pero en esta oportunidad nos vamos a centrar en una manera de viaje que hasta hoy era poco convencional y con el transcurrir del tiempo se hace habitué entre los viajeros que deciden alejarse de las grandes urbes y salir a explorar nuevos horizontes.
Al momento de escribir esta nota podemos notar que los grupos sociales se agrupan para viajar en tren y recorrer diferentes localidades. Generalmente se elije un pueblo, paraje o localidad a donde llega el tren y a partir de ahí se arma un itinerario con posibles lugares para visitar, luego de concretar la ruta el grupo viaja con el afán de vivir una nueva aventura en cada encuentro.
Muchas veces el tren llega hasta una localidad, pueblo o paraje, como hemos descripto anteriormente, de ahí en mas los viajeros se alistan para conocer viejas estancaciones de ferrocarril, plazas, etc. Se organizan caminatas con rumbo a los diferentes hitos como puede ser algún museo. También, existe la posibilidad de tomar otro transporte para seguir viaje.
Entre paseos y bocadillos los viajantes buscan relacionarse con los lugareños, escuchar historias de antaño, y hacer nuevas amistades a lo largo de la ruta para volver a visitar el lugar en otra oportunidad.
Esta nueva modalidad llego para quedarse, algunos podrán decir que es una manera económica de viajar y conocer, otros podrán decir que la ruta los lleva. Lo cierto es que el escenario rutero que parecía olvidado recobro su vida y hoy los pueblos se vuelven anfitriones de curiosos que buscan la magia de los caminos.