La familia peruana compuesta por Javier Miller Regalado, esposa Miria y su hija de 14 meses Shalom, son los intérpretes, de esta singular aventura sobre ruedas. El objetivo de la familia es llegar a Washington luego de recorrer toda América.
Parece algo increíble, ya que el espacio del interior del automóvil es apenas dos metros cuadrados, aunque posee un sistema de engranajes que permite girar los asientos y convertirlos en cama para adaptar el espacio a las necesidades.
Javier hace cuatro años puso todo su cerebro a trabajar para convertir este viejo automóvil en un vehículo versátil para recorrer el mundo. Todo comenzó luego de leer una nota en la que se aseguraba que los que menos viajaban en auto eran los peruanos y bolivianos.
“Quería romper ese mito, y poner el nombre de Perú bien alto”, dijo el Javier. Viajan sin cronograma y se dan “el tiempo de vivir en cada lugar” para “conocer y ayudar a las personas”, aseguran.
Este es un viaje sin demasiada planificación, sin fechas marcadas y con una hija de un año, es una forma de vida diferente para una familia que afirma “no preocuparse por el mañana” y solo ocuparse de “buscar el dinero para llegar al siguiente destino”.
“Desde Perú hasta Río de Janeiro eran como tres mil dólares en comida, combustible, mantenimiento y peajes para llegar” dijo el conductor que bromeó mientras recordó que entraron “a Brasil con apenas 2 dólares”.
Durante esta travesía han pasado por cosas difíciles, sobre todo cuando enfrentaron algún inconveniente mecánico del auto o cuando el clima no ayuda, pero afirman que “siempre” encuentran personas que los alientan e incentivan a seguir.
Javier recuerda que en plena selva amazónica se rompió la distribución y estuvo cuatro horas sin saber cómo solucionar el imprevisto. Justo en ese momento llegaron varios indigenas, entre ellos el cacique de la tribu, quien, les ofreció comida y los ayudó a ubicar el pueblo más cercano. “Entró, sacó un animal y nos alimentamos dos días con eso”, comentó todavía sorprendido Javier.